jueves, marzo 7

Sigur Ros en vivo en Glasgow

Show del Valtari Tour en SECC Glasgow, 2 Marzo 2013.

Póster exclusivo de Sigur Ros en vivo. ¡Imprimilo ya!
No hay mejor regalo de cumpleaños que una entrada para Sigur Ros. Ni siquiera los seis meses  de espera que hubo entre mi cumpleaños y el concierto me van a hacer cambiar de opinión. Ni siquiera saber que esa misma noche en Glasgow y a la misma hora tocaban los Chvrches, la banda escocesa del momento. Fue difícil elegir pero los Chvrches son locales, todavía no tienen disco y habrá más chances próximamente de verlos en vivo. Los Sigur Ros, bué, ya son un clásico y salen poco de gira, pero igual lo pensé, y eso que hacía rato no le daba tanta bola a los islandeses. Desde Takk que solo les escucho los discos nuevos un par de veces para ver que onda y nada más, porque a partir de 2005 se me empezaron a antojar predecibles y hasta cansadores. No creo ser el único.

En 2010 vine a Glasgow a ver a Jonsi en su tour solista, pero porque me gusta Sigur Ros, no por él en sí mismo, y por ese entonces me encantaba Riceboy Sleeps, aquel proyecto ambient que tenía con su novio que le actualizó la chapa de cool al ambient old school tipo Brian Eno. Como era de esperar, en aquella ocasión no hubo hits y el show estuvo dividido en dos partes. La primera fué una colección de esas canciones depresivas que te sacan las ganas de vivir y sólo en la segunda mitad, post intervalo, hubo batería, ritmo, estructura verso-puente-etc y esos elementos que resultan escenciales para mantener la atención del público general. En criollo: la primera parte fué una mierda, la segunda sublime.

Así qué hoy volví a Glasgow para ir al show de una de las pocas bandas que realmente quiero ver tocar en vivo al menos una vez. El concierto es en el SECC, una especie de estadio Obras en esteroides, donde en 2010 había visto a Arcade Fire casi gratis sentado al fondo, tranqui. Hoy, me dice mi amigo Brydon que no habrá asientos, es todo campo. Así que los chicos de la música contemplativa quieren que los veamos de dorapa, como si fueran una banda de rock, otra banda de rock, cualquier banda de rock. Anotado.

Mi amigo Brydon sostiene la idea de que siempre hay que ir temprano a los recitales para chusmear al soporte, sea quien sea. Dice que el grupo invitado casi siempre está a la altura del plato principal. Hace unos años aprendí a hacerle caso después de habernos perdido un set de Zola Jesus que abría para Fever Ray y no la pudimos ver por caer tarde. Sabiendo hoy que terminó siendo una de las bandas del año siguiente elijo no lamentar más pérdidas y ser puntual. Así que a Sigur Ros fuimos casi al alba y vimos todo. Abrió Blanck Mass, alias Benjamin John Power uno de los Fuck Buttons que hace ambient y tiene un disco en bandcamp que bien podría ser la banda de sonido de Cosmos o de la vida misma de Carl Sagan (Escuchá Blank Mass aquí) y es muy recomendable. El tipo arrancó tranca, solari, con su laptop y un par de chiches; y aunque sólo le apagaron algunas luces, el sonido fue bueno, casi full, algo que siempre les juega en contra a los soportes pero en este caso no sucedió: la banda fue un entremés perfecto para lo que se iba a venir. Y otra vez voy a hacer un análisis por mitades. La primera fue interesantísima, una especie de repaso por el primer disco, sin pausas, sin marcar los cambios de un clima a otro, muy etéreo y soñador, un clásico a primera oída. El problema fue que después de 15 minutos de eso la falta de beat o algo que parezca un ritmo empieza a aburrir. Pero, grata sorpresa, justo antes de que empiecen a chiflarlo, el pibe armó en su sopa de loops White Math, su single del año pasado, y con su ambient amenazante empezó a mover a algunos concurrentes. Tan buena fue la cosa que mi amigo Brydon se hizo una carrerita hasta el puesto de merchandising para comprarse el 12" en vinilo. Conclusión: bien, Blanck Mass, un gustazo haberte conocido.

Entonces sí, finalmente, llegaron los Sigur Ros, ahora trío. El cuarto, que era el único con formación musical decidió volver a estudiar y ya lo veremos algún día al frente de alguna filarmónica o algo por el estilo. Dije trío, si, pero con diez músicos más en el escenario y con el viejo espíritu de cambiar instrumentos cada tanto, los trece al servicio de la canción y pasándola bien todo el concierto. Arrancaron desde atrás de una cortina y tuve que sacarles unas fotos para instagramear más tarde, pero entre la música, los vídeos y el momento mismo la verdad es que me recontra colgué y del resto del show sólo puedo decir que fué un recital que me secuestró el cerebro pensante. Me convertí en un animalito que escuchaba, miraba y respiraba como desde adentro de un bosque Miyazaki con espíritus,  monstruos, otros animales, sombras y una extraña recurrencia de piel gallina.

Pero puedo explicarlo. O por lo menos puedo explicar que la piel de gallina me agarraba en los momentos en que la banda así lo quiso y con las canciones que conocía bien y siempre me gustaron. Cuando entre la marea de música y magia tocaron Hoppípolla la gente se volvió medio tonta, y hubo puños en alto y alaridos que sólo me imagino en un show de no sé, ¿Bon Jovi? pero nunca jamás lo hubiera soñado en uno de SR.

Párrafo aparte para el boludismo de filmar todo el concierto con celulares en alto. ¿Cómo serán los recitales cuando lleguen los anteojitos de Google? ¿Veremos cientos de manos con los anteojitos en alto? No me interesa la polémica. Yo también coleccionaba bootlegs en caset y me grabé un par de recitales que sonaban para el orto y jamás volví a escuchar. Pero esto de tener que ver pantallitas de celulares filmando todo movido todo el tiempo me hace sentir un viejo choto y protestón, como el abuelo Simpson. Tenía que sacármelo del pecho, no hablo más del tema, prometo.

Ponele que al tercer tema, no podría precisarlo porque perdí el sentido del tiempo, bajaron esa cortina que va al frente del escenario y aún sin esa dimensión extra para proyectar vídeos el show no perdió nada. Es más, ganó en intensidad. Casi espíar a la banda cada tanto, cuando ellos decidían tener más luces que proyecciones, y verlo a Jonsi doblarse como un poseído cuando rockeaba con su arco de chelo dándole a la guitarra fue digno de alaridos.

El recital terminó después de tres bises y, honestamente, el último tema podría haber durado otra media hora pero de verdad aunque me sonaba conocido no sabía el nombre ni me acordaba bien en qué disco está y no me importó (video aquí abajo). Nos quedamos todos flotando. Cuando volvieron a encender las luces fui yo el que corrió al puestito. Me compré el vinilo de Valtari porque necesitaba llevarme un cachito de la noche conmigo (y bueno, también porque las remeras y los buzitos que  había eran una garcha).

Txt y fotos: Beto Jet-O
http://betojet-o.blogspot.com/

Nota: Dejo un link al setlist, que más tarde cuando lo revisé para recordar lo que no puedo aún situar en el tiempo formal descubrí que una o dos de las canciones que no conocía son nuevas y serán parte del próximo disco. Dicen que ya está casi listo y sale antes de fin de año.http://www.setlist.fm/setlist/sigur-ros/2013/secc-glasgow-scotland-bdb016e.html

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