miércoles, diciembre 19

Dj Malhumor apunado (tratando de completar la encuesta más famosa de todas)

Mi amigo Martín tenía dos cosas que no le contaba a su psicóloga: una era que además de a ella consultaba una bruja (eso sí, solo de vez en cuando); la otra es que se drogaba bastante. A mi amigo Ramón le perdono las siguientes otras cosas: que le haya disparado a un puma y lleve la piel en su asiento de la camioneta; que se haya comido un gato (tiene el gusto de un cordero chico me dijo) y que haya matado un búho (a pedido de su madre que acto seguido le partió el pescuezo y se bebió su sangre). El último disco de Vladislav Delay (Valdislav Delay Quartet) es tan ¨electrónico¨. Como cuando Mira Calix tocó en la facultad de Odontología por una entrada de 3 pesos. Como ese domingo que vimos a Plastikman por casi nada. Ahora está de moda dejar el 30% de tu salario en un show. Cool eh. Escucho este disco en la casa de Ramón en Maimará tratando de encontrar respuestas más o menos profesionales a la encuesta de fin de año. Ramón me dijo hoy: ¨cualquier negocio funciona si se le tiene paciencia¨. En 2013 cumplimos diez años de encerrados y todavía perdemos plata. Canciones por nada. El rock nacional está lleno de nombres que solo lo lograron por durar me digo. Jua. La peste. Mal de muchos consuelo de tontos. Darcy me dijo que soy un hombre que vive de frases hechas. Intentó ser un elogio pero su pobre castellano lo convirtió en verdad. Quiso decir algo así como que siempre tenía una frase para todo pero dijo lo que dijo. Mitad en castellano mitad en francés. Freud nació en el imperio austro-húngaro cruce de múltiples lenguas. Mi abuela era húngara, ergo, soy fruto del malentendido y la confusión. Encontramos un pozo de agua cristalina que brota de la montaña. Literalmente. Agua transparente que sale de un agujero en la roca. Non stop. Nunca vi algo así. El año que no deja de terminar y más y más maravillas que se acumulan. Batichica me escribe que se retira para dedicarse definitivamente a hacer mermeladas (o alguna otra cosa pero ya no está feliz con su profesión de superhéroe). Antes se va a escalar a Córdoba. Más o menos para la época en que se termina el mundo. Ayer a la tarde jugué un picado en el valle. Mi primer partido en unos ocho años (sin contar el que jugamos con la propia batichica en la oscuridad de un pueblito boliviano lleno de pibes andando en bicis por la canchita en el medio del partido y como si nada; parecía un partido de los murciélagos, lo que en ese pueblo es de lo más normal parece). El escenario de ayer era increíble. Los cerros que parecen tortas de chocolates y el viento haciéndonos jugar a puro pelotazo al área y bombazos descontrolados. Ganamos los dos partidos y con ello diez pesos. Nos fuimos a refrescar al pozo y después volví corriendo bajo las estrellas. Pequeños gustos gratis, irreales, todo el tiempo sintiendo que hago algo que no se puede y que no debería; que se me tenía reservado otra cosa.
De los animales y pájaros de mal agüero el Pita Pita es el primero lejos. Sí no canta está todo bien ahora sí lo hace agarrate. Sí se mete en la casa significa muerte. Le sigue el zorrino cuando se levanta en dos patas y se pone a refregar las manitos. Ramón me hace el gesto. Le sigue el zorro cuando se cruza a la izquierda aunque se trata de males menores como roturas de máquinas, pérdidas de cosas y colectivos que llevan lejos. El último es el Búho. Le dije a Ramón que por qué matar al mensajero. Es que rompe el hechizo y además, el prefiere no saber. Lo mismo que dicen los maridos de todo el planeta. La otra noche nos fuimos a una peña donde unos pibes grossos (uno hijo de un folklorista muy conocido) tocaban y tocaban. Los músicos subían y bajaban del escenario. Lo mejor fue el trío instrumental de guitarra, bombo y violín. Parecían Godspeed You! Black Emperor. Lo juro. Y el hecho de estar allí, en el bar casi vacío en un pueblo dormido. Sin importarles nada salvo tocar. Mi mejor show del año. Claro que después el cantor quiere cantar; se vuelve showman y viene el lamento por el pueblo querido, el culto al vino y los ojos de la china como dos luceros. En ese momento salí a tomar aire y a aplicar las estrategias oblicuas de Brian Eno. Todo se escucha mejor a la distancia y en la noche americana de la iluminación nocturna. Era un gran momento para un cigarrillo pero no fumo. Pensé un poco y me decidí por el último de Wild Nothing; mi disco del año. Fue el año también de las serpientes, los escorpiones y los sapos. De posta. Cerca pero no tan cerca; sin llegar a tocarme aunque intimidando un poco con su presencia. Que los viera, que supiera que están allí. Como si algún peligro acechara pero no. Siempre están; este año tan solo se mostraron. Unos días antes cuando salíamos de Abra Pampa me llamó Silvana desde Tandil y eso estuvo también en lo mejor que me pasó entre tantas cosas buenas. Llovía en el desierto lo que es raro. Y el año que no cesa de terminar. Dj malhumor.

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