lunes, mayo 14

No Mad

Esta noche tenemos nuestro apartamento en Coripata. Hemos dormido en varias escuelas y ayer lo hicimos en la galería de una casa deshabitada (o habitada solo por un chancho) con una vista de los cerros que como todo el mundo sabe, al atardecer se vuelven azules. Hicimos un fuego y tomamos sopa bajo las estrellas. Dos días antes y sin quererlo nos desviamos del camino a un pueblo serrano donde todo el mundo festejaba los 249 años de la fundación. ¨Vinieron para la fiesta¨ nos decían; ¨no, tan solo llegamos¨ decíamos nosotros. El pueblo es encantador y para llegar hay que cruzar un hermoso puente sobre un río seco; pensamos en acampar en el arenal pero nos decidimos por el hostal. Cuando la fiesta terminó y la enorme pista de baile se vació se largó a llover. La mañana siguiente ya no había arenal y el río seco se transformó en un torrente que se hubiera llevado las carpas y nosotros con ellas. Por las mañanas batichica prepara el desayuno. Practica conmigo su nuevo arte de hacer mermeladas que aprendió en un campo en Chile. Primero fue una de tres berries que ya traía; ahora papaya comprada en el mercado de Samaipata. Nunca vio Lost y no le gusta que la llame pecas; tampoco que le saque fotos y mucho menos que escriba sobre ella o revele su identidad. Tiene piernas muy largas y en una tarde algo ambigua me explicó la procedencia de sus marcas. Siete puntos en la rodilla jugando al futbol, tres puntos en la frente de un bochazo de Hockey que le lanzó uno de sus hermanos. Hace todo para no llamar la atención pero todas las mañanas con un espejito minúsculo no deja de pintarse las cejas que realzan sus ojos azules; lo que, aunque ella no lo sepa, parece de película de Godard. Después de ducharse parece otra y a veces me cuesta reconocerla. Cumplida la primera semana tuvimos una charla severa bajo otro cielo estrellado en la que decidimos separar destinos. Cada uno se metió en su carpa en silencio. Antes de dormirme ví una película de dioses y semi dioses griegos donde Mickey Rourke hace de un rey despiadado. Grandioso. En Buenos Aires mis amigos van al BAFICI. Cuando nos levantamos nos dijimos buen día lo que fue un gran avance. Batichica está muy enfocada en su tarea y como a Malhumnor le cuesta relacionarse con las personas. Así y todo respiró hondo y sacando fuerzas quién sabe de dónde me dijo que sería muy triste nuestro viaje en solitario. No podía estar más de acuerdo. Los últimos quince días los hicimos por un camino que no está en los mapas. Cruzamos un río con el agua hasta la cintura y vimos huellas en el barro de animales extraños. Así las cosas. dj malhumor

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