martes, junio 14

Dj che ataca de nuevo


Sé cuando salgo pero no sé exactamente a dónde apunto ni por cuánto tiempo. Cruzo el río y entro en otro mundo; como dijo Rodrigo Faisán, es un país de colgados; l´uruguay vo´. Los dos primeros días hizo un frío mal. En lo de Ramón me dormí una siesta en el sillón del living y después salí a caminar. De aquel lado recibieron el regalo de las playas y las islas. Cuando después bajé llegando a Colonia encontré las barrancas al río que son increíbles como las playas de arena vacías. Una vez que te animás sabes que podés dormir donde quieras y acampé frente a la marina y la ciudad vieja con la mejor vista posible. La luna colorada desapareció en el río. Lástima no ser poeta y haber nacido en el veinte. El domingo me metí en la ruta 50 rumbo a Tarariras. En el bar del pueblo un tal Gerardo me invitó un sándwich de chorizo seco y pan casero. También recibí indicaciones para agarrar la picada de Benitez y llegar a la Colonia Suiza. Comí cazuela de mondongo en la vereda y acampé solo junto al arroyo. Crucé las rutas 5, 6, 7 y 8. Crucé un gato del pajonal también. Una figura marrón pasó adelante tan pegada al piso que parecía que se arrastraba; por todo lo demás parece un gato café con leche algo más grande. Pero habla otro idioma; es arisco y antes se hace matar que volverse mascota. Vive de robar gallinas y duerme en cualquier parte. Me cae bien claro. Una de esas noches soñé que siguiendo la calle Emilio Lamarca al fondo hay una serranía donde se pueden ver gavilanes. El día siguiente vi dos y unos cuantos halconcitos en los cables que empiezo a pensar que es siempre el mismo y me cuida. En San José encontré un hotel por cuarenta pesos. Crucé el río Santa Lucia y le metí derecho por la ruta 81 que tiene la virtud de no pasar por ningún lugar importante. Me tomé un vaso de vino clarete en San Bautista y llegué cuando menos lo pensaba al pie de la sierra. Allí dormí y desperté entre la niebla. En Pan de Azúcar casi tiro al piso un puesto de panchos y en Piriapolis almorcé entre el mar y el Hotel Argentino. Esa noche dormí frente al océano con la idea de que la marea iba a subir y me iba a llevar. De todos modos estaba muy cansado para moverme y me entregué nomás pensando que es agua, nada más que agua.

dj malhumor

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