miércoles, mayo 25

Avenida Belgrano


Me encontré con Miss Malhumor en su nueva oficina. En verdad es el departamento que dejó una anciana que vivió allí hasta hace muy poco. Parece un museo. Es un departamento irrecuperable. Aunque impoluto hay que derribarlo entero; exorcizarlo. Sacar el empapelado; quemar los muebles, tirar los cuadros, arremeter a martillazos contra los azulejos. Hay una biblioteca con unos cien libros. Solo pude rescatar uno llamado ¨El Caballo Criollo¨. Es una antología de viñetas históricas, datos fácticos y apariciones en la literatura del gran pingo argentino. Por la ventana se ve la avenida Belgrano. Los autos pasan a lo loco. A mitad de cuadra hay un edificio espléndido de corte neocolonial; el mismo estilo que el Ex Banco de Boston en Florida y Diagonal Norte. Hoy vi otro edificio en ese tipo en la calle Sarmiento en pleno Once. Un edificio de más de diez pisos rematado en una torre como para encerrar un loco. Apenas pude mirarlo porque la calle baja y la bici iba rápido. Estuve a punto de atropellar a varios. Los ciclistas en la bicisenda somos el nuevo azote de dios. La vista a la avenida Belgrano me recuerda que hay mil maneras de ver el mundo. Es ruidoso pero me gusta. Me siento bien. La vieja o murió o está en un asilo; no sabemos; no preguntamos. Hay retratos de gente que nunca conoceré. Bajamos y nos comemos un mondongo en el bar de la esquina. El bar está vacío y huele a humedad. El dueño es un gallego y me explicó que el edificio de enfrente es el centro asturiano. El tipo debe abrir solo por fuerza de la costumbre. Somos los únicos clientes; en la calle no hay nadie y difícilmente entre alguien más. Me puedo imaginar unas cuantas mesas ocupadas al mediodía pero no ahora. La tele está prendida. Miss malhumor está espléndida. ¨Me importa todo un huevo¨ me dice. Sí le digo. ¨No voy a hablar más¨ me dice cuando quiere agregar algo. Nos reímos. Le cuento mis planes. Voy a salir de la puerta de casa con la bicicleta y me voy a visitar a Darcy en Montreal. Puerta a puerta le digo. Voy a ver sí está. ¨Genial¨ me dice. Yo te compro una nueva bici sí necesitas me ofrece. Claro le digo. Mejor que te vas, es más fácil. Sí le digo. Me cuenta que en Junio tiene un casamiento en Texas y en diciembre uno en La Paz. El último casamiento que estuve fue en Mallorca le cuento. Me acuerdo dice. Le digo que estoy algo nervioso aunque no se bien las razones. Se te va a pasar. Sí, siempre pasa le digo. El mondongo está buenísimo y lo liquidamos en un ratito. Estás espléndida le digo. Se ríe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

de qué trabaja malhumor que viaja tanto?

encerradosafuera dijo...

eso nos preguntamos nosotros!