miércoles, septiembre 3

Adiós a la memorabilia

Acabo de escucharlo en la radio, y la fuente es la revista Billboard: las simpáticas entradas de los recitales, esas que coleccionamos desde chicos, comenzaron su camino a la extinción. Fue Tom Waits el que tomó la delantera con tan ecológica y antipática medida. Parece que en su gira de estos días, Tom se negó a imprimir entradas, con el doble objetivo de talar menos árboles y prevenir la reventa. Para acceder a los shows, el único modo es comprar por internet o por teléfono, y presentarse en la sala con tarjeta de crédito y documento de identidad. Eso sí, si sos tercermundista y no tenés tarjeta de crédito, a llorar a la iglesia. Y si te gustaba juntar las entradas para después pegarlas en un corcho o una carpeta, o mostrarlas a tus amigos, o mirarlas los días de lluvia... crecé, que ya es hora. En cuanto a las entradas coleccionadas por décadas, aguantá un par de años y vendelas en el parque, que seguro se van a cotizar.

2 comentarios:

Olvido dijo...

El tema de las entradas ya es historia hace rato. Desde que los ticketnosequé coparon el mercado son todas igualitas y con el paso del tiempo o el sol se van borrando como los viejos FAX.
Pero yo igual las tengo todas. :)

fabio blanco dijo...

Bueno, podrían tatuarte un número de serie en el brazo.

--Mira hijo.
--Papá, eso te lo hicieron en Auschwitz???
--No, fue cuando vino Green Day a Buenos Aires.