viernes, abril 6

Otra vez no escribí nada importante.

Luego del triste y anómalo incidente de hace dos festivales (ahí tenés otro nombre para un grupo, hacía dos festivales) en que periodistas que se hacen llamar independientes, enemistados con este medio, me robaron la bicicleta en el abasto no me queda otra opción que ir de a pie. No va a volver a suceder; lo del robo. La vida me volvió a cambiar. Me pasó una vez cuando leí el libro Tus zonas erróneas, me pasó cuando escuché por primera vez My bloody valentine y me viene de pasar ahora que rompí el chanchito y me compré un aparato de mp3. En una pantallita dice, 8 días, 7 horas, 23 minutos. Esa es la automía de música; puedo llegar a la luna. Se acabaron los discos, quedaron solamente las canciones mezcladas en el modo random. No se sí estaba del todo preparado. El modo random existe desde hace tiempo pero ahora es distinto. La banda de sonido de nuestras vidas. Por el momento voy a hacer el siguiente comentario: Guided by Voices irrumpe.
Deberé cuidar mi costado obsesivo, sí no descubro quien es este cantante antes de llegar a la esquina, el choripan de chau campeón me caerá mal. Es que aparecen voces que me fueron tan cercanas y ahora no las reconozco de inmediato, cómo es posible? Peligro de despersonalización. Podré vivir sin la estabilidad de los discos enteros, de los albumes que empiezan y terminan?
Camino por la ciudad envuelto en mi nube. El camino al abasto desde el sur es un gran ejemplo de la arquitectura aberrante de esta ciudad. Sorprende las cosas que se ven; las ventanas imposibles, las puertas sorpresivas, las terrazas invasoras e invadidas, los estilos incongruentes (algunas casas parecen paradojas pragmáticas, como el modo random desafían el mundo establecido). En algún momento llegué al cine y ví el policial australiano Noise. Debería decir algo sobre ella, no? Está bastante bien.

Dj malhumor

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