sábado, abril 15

Nueva Ola

Dos películas de Jean-Paul Civeyrac

Le doux amour des hommes Otro feliz encuentro con un nuevo director para nosotros. Y otra vez sorprende la estatura, la seguridad de quien sabe lo que hace (incluso si no te gusta o no estás de acuerdo). El Olivier Assayas de Fin de agosto, principio de septiembre se encuentra con la fotografía de Sokurov. No en vano dos personajes leen a Chejov en un bar donde se escucha drum & bass. Civeryrac se mueve con la seguridad de alguien que tiene a la nouvelle vague (en esta película especialmente el Truffault de Jules et Jim por ejemplo) a sus espaldas. Entonces está la cultura pop, está la literatura y están los problemas del amor. La película es perfecta para ver en tandem con Les amants réguliérs de Philliph Garrel que vimos en Mar del Plata, es interesante que si aquella podía pasar por un homenaje a la Nouvelle Vague, esta de Civeyrac es la nueva ola hoy mismo. Una grata sopresa y queremos ver más.

Toutes ces belles promesses. En la primera deliciosa escena vemos a las mismas caras de la película anterior desperdigandose miradas de amor en medio de un concierto de música clásica. Ellos son algunos de los instrumentistas. Pareciera como si estuvieramos en el mismo juego ahora todos con otras cartas. Ahora el universo no son poetas que frecuentan bares sino estos músicos que son de otra época, como toda la película. Entonces ya no es Truffault, es el Rohmer de Los Cuentos de Verano y Otoño. Si no estuviera hecha con tanta sagacidad y tino, esta sería una película más de mujer que necesita atravezar sus fantasmas del pasado para ser feliz. No lo es porque es inteligente, porque es una hermosa historia y porque está salpicada de hallazgos aquí y allá justo cuando podemos temer una caida en el sentimentalismo.
Aviso al público: lo sofisticado de los personajes de este director puede hacer creer a los espectadores que tienen vidas muy grises.

Miss Mundo.

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