lunes, abril 12

Los Guantes Mágicos - Martín Rejtman

¡Se largó el festival! Y con Rejtman, siempre tan igual a sí mismo. Debo decir que no vi Rapado, pero de todas formas Los guantes mágicos me resultó demasiado parecida a Silvia Prieto. Los mismos diálogos absurdos fuera de cualquier verosímil, las mismas obsesiones construidas sobre tres o cuatro elementos, en un mundo cerrado (donde antes había pollo trozado ahora hay flancitos, donde había una esquina en particular hay un aeropuerto). El elenco es casi el mismo: Vicentico, Valeria Bertucelli, la histriónica histérica Susana Pampín. Otra vez, los personajes circulan y se interrelacionan siguiendo alguna lógica extraña, donde no se sabe (nadie sabe) bien por qué hacen lo que hacen: formar una pareja o deshacerla, empezar o terminar un negocio, curarse en salud, cambiar de casa o de trabajo o de país, todo ocurre de la misma manera abúlica, sin razón ni pasión. Es probable que esto sea el sello de Rejtman, su poética; es más que probable que la mayor parte de los actos de todas las vidas se realicen así, sin saber muy bien por qué, con su propia lógica interna e incuestionada. Pero lo cierto es que Los guantes mágicos abusa un poco del recurso. Pasa algo con las segundas partes: lo que antes fascinaba ahora no convence. O quizás me pasa a mí. Me pasó con El abrazo partido en relación con la tanto más tierna y desprolija Esperando al Mesías, y me pasa ahora con estos Guantes mágicos en relación con Silvia Prieto. Los guantes mágicos: cualquiera puede ponérselos y se le adaptan, como las vidas de la película. Sí, como chiste está muy bien. Para verla como primer Rejtman debe estar muy bien, también.

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